La Manada de Camellos

Un Sheik Árabe, encontrándose a punto de morir, llamó a sus hijos a su lado y les dijo: "Dividan mis camellos entre ustedes, la mitad de la manada para el mayor, para el segundo hijo la tercera parte, y para el menor una novena parte." Entonces el hijo mayor exclamó: "Oh, padre mío, una mitad, un tercio y un noveno no constituyen un todo. A quien, entonces, debemos darle el resto de la manada?"

"A cualquier hombre pobre que se encuentre cerca cuando la repartición se realice," respondió el Sheik, quien, diciendo esto, murió.

Cuando la manada fué reunida una nueva dificultad apareció. El número de camellos no pudo ser dividida ni en la mitad ni para tres ni para nueve. Mientras los hermanos discutían, un pobre pero acucioso beduino, parado junto a ellos, con su camello, exclamó, "Tranquilos, yo les vendo mi camello por diez piezas de plata, para que ustedes puedan dividir su manada."

Viendo que la suma de un camello resolvería la dificultad, los hermanos aceptaron la propuesta y procedieron a dividir la manada, pero cuando cada uno hubo su porción aún sobraba un camello.

"Yo soy el pobre hombre que está más cerca." Dijo el listo beduino, y felíz montando su camello, desapareció con sus diez piezas de plata en el turbante.

Ahora, cuantos camellos habían en la manada del Sheik?

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